Bayern y Borussia de Dortmund jugarán la primera final
entre dos clubs alemanes de la historia de la Champions League y la Copa de
Europa. Uno de ellos subirán por los 107 escalones de la gloria de Wembley que
pisaron en el 2011 los barcelonistas en pos del trofeo de las grandes ‘orejas’.
El Barça no pudo, ni por asomo, poner en problemas al equipo bávaro e intentar
la remontada más imposible. Nunca nadie había superado esa desventaja (4-0) en
la máxima competición. Encima, el Bayern amplió la diferencia a un humillante
0-7 entre las dos semifinales que superaba el 4-0 que los bávaros sufrieron en el Camp Nou en
el 2009. Los alemanes ganaron por 0-3 aunque pudieron aumentar ese marcador.
Incluso igualar el ‘poker’ de la ida.
La ausencia inicial de Leo Messi, que se quedó en el
banquillo, fue un tremendo golpe para las aspiraciones del Barça y para los más
de 95.000 espectadores que llenaban el Camp Nou. Hasta Diego Armando Maradona
lo tuvo muy claro: "Si el Barça es capaz de remontar al Bayern sin Messi,
¡me hago brasileño!". Hubo el consabido mosaico que dejó claro el orgullo
del Barça, del equipo, de su afición, pero faltó añadir más fútbol para que la
expresión fuera completa del todo. Los blaugrana pusieron ganas pero no hubo siquiera épica.
Hubo una cierta constatación de que nadie en el equipo ni en el staff técnico
creía de verdad en que fuera posible la remontada. Sin duda, influyó lo suyo el
KO del Real Madrid el día anterior ante el Borussia de Dortmund. Triste, pero
cierto.
El Barça constató, de nuevo, que no se han hecho los
deberes este año, que han dejado a sus rivales que estaban un escalón por abajo
que no sólo les atrapase, sino que les superaran. Viendo al Bayern de la
primera parte, era como si se presenciaran las evoluciones del mejor Barça de
los últimos años. Presionaban y jugaban tan bien como el mejor Barça de los
últimos maravillosos tiempos. La directiva trabaja en la hipótesis de seis
grades fichajes, pero lo más importante es que esa renovación debe llegar junto
a una limpieza a fondo en que los
criterios sean estrictamente deportivos. Zubi tiene deberes urgentes.
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